Una compañía importante de productos alimenticios, realizó una campaña de publicidad para uno de sus productos, usó muy acertadamente el siguiente slogan en forma de pregunta: ‘¿Tú cueces o enriqueces?‘. Es un slogan muy acertado porque se trata de un producto alimenticio que añadido a ciertos guisos mejora sustancialmente el sabor final del plato a degustar.
Enseguida entiendes el mensaje. Puedes limitarte a cocer y preparar una comida o puedes esforzarte un poco más y enriquecer, es decir, elaborar mucho más y realzar los alimentos que preparas aportándoles un mejor sabor.
De igual modo, yo creo que las personas somos capaces de simplemente cocer o, con un poco de esfuerzo, enriquecer nuestro plato de la vida.Tal y como podemos colaborar a que exista orden y limpieza, también siendo despreocupados y nada comprometidos podemos ensuciar y contaminar nuestro entorno.Pero aunque preparemos mejores comidas y colaboremos en la no contaminación de nuestro entorno (en la medida de nuestras posibilidades), creo que más importante aún es esforzarnos por no contaminar nuestra existencia y la de los demás. ¿Y cómo se consigue no contaminar en ese sentido?
Nuestras acciones y palabras, nuestro trato y educación reflejaran si hemos adquirido, como personas, algún compromiso de mejorar nuestro entorno social, personal o familiar.Por ejemplo, podemos estar con la familia, amigos, compañeros de trabajo o estudios y aprovechar esos momentos para criticar a quienes no están presentes, o a ser sumamente pesimistas… esas cosas no edifican (uno de los significados de edificar es: Infundir [en otros] con el buen ejemplo o incitar a alguien a actuar bien).
Más bien, procuremos mantener en nuestro trato con los demás una sonrisa amplia en nuestro rostro, ser positivos en nuestros comentarios, esforzarnos por saludar a los demás más sinceramente, hacerles preguntas que reflejen un verdadero interés personal, saber dar las gracias, pedir siempre las cosas con amabilidad por mucha confianza que se tenga y anteponer siempre un por favor.
Estas y muchas otras formas de amabilidad y educación, son pequeñas cosas que hacen grande nuestra existencia y que además puestas en práctica seguro que mejoran el ambiente en donde nos movemos. Además, ¿No creéis que bien vale la pena esforzarse día a día por apartar un poco de esa contaminación que anda a sus anchas cuando está en nuestras manos poderlo hacer?
Si bien es cierto que en ocasiones son muchos los reveses con los que la vida nos golpea y a veces es difícil mantener siempre un buen estado de ánimo. Pero si nos esforzamos con resolución a no ‘contaminar’ a los demás ni a nosotros mismos ni a nuestro entorno, seguro, más que seguro contribuiremos a mejorar muchas relaciones personales e interpersonales.No lo dudemos, nuestro esfuerzo y compromiso a ‘no contaminar’ no solo nos hará sentir mejor sino que, por ende, incitará a otros a actuar en correspondencia, siendo todo en su conjunto muy positivo y agradable.
Querer es poder y poder es deber… Todos, y por supuesto quien escribe, podemos si queremos.
Foto | Ramón Garrote